Internet es fruto de varios proyectos desarrollados en Estados Unidos de forma paralela, en un principio sin llegar a entrar verdaderamente en contacto entre ellos y, de forma algo más coordinada al final, por la intervención de la agencia ARPA (siglas de Advanced Research Projects Agency , institución directamente vinculada al Departamento de Defensa de los EE.UU. creada en 1958 en respuesta al lanzamiento soviético del satélite Sputnik 2 tripulado por la perrita Laika).
Por ello, muchos autores la consideran fruto de un proyecto de investigación militar destinado a buscar soluciones de comunicación informática en plena “guerra fría”, contexto donde se vivía permanentemente bajo la amenaza de una guerra nuclear que afortunadamente no llegó a producirse. Lo cierto es que la participación de la administración norteamericana en este desarrollo fue vital, independientemente de los objetivos que la auspiciasen. Contribuyó durante bastante tiempo al desarrollo de la verdadera infraestructura de red, algo que tuvo lugar unos cuantos años más tarde.
Dos eran los objetivos que seguían estos grupos de trabajo. Hasta ese momento, los sistemas informáticos funcionaban generalmente en entornos mainframes, en los cuales se centralizaban todos los procesos en el ordenador principal, al mismo tiempo que la gestión y el almacenamiento de los datos. Los terminales que se usaban para interaccionar con ellos no eran ordenadores como los que usamos hoy en día, sino simples consolas de comunicaciones con reducidas capacidades de proceso de datos. Transformar esa idea de sistema centralizado en una metáfora de sistema descentralizado donde todas las estaciones de trabajo pudieran acceder a datos y programas y tuvieran cierta capacidad de proceso (que no fueran unos simples terminales de comunicaciones, sino ordenadores), representaba una nueva idea que vino a plasmarse años después: la de red de ordenadores, independientemente de su alcance.
Este cambio, por sí mismo, es trascendental y constituye la base de los sistemas de comunicaciones actuales. En este nuevo paradigma es donde se encuentran los vínculos con proyectos de investigación militares: el sistema centralizado es más vulnerable que un sistema descentralizado y la defensa estratégica estadounidense necesitaba de otros modos de comunicación.
En realidad, el sistema descentralizado también podía llegar a ser vulnerable (hay que recordar que el mundo vivía entonces en plena psicosis de posible guerra nuclear) por lo que Paul Baran (1964) llegó a proponer una red de conmutación de paquetes para comunicación vocal segura en el ámbito militar en un entorno distribuido. Sobre esa idea, y unos cuantos años más tarde, se concibió Arpanet si bien el proyecto de Baran ya había sido cerrado para entonces por RAND Corporation, el laboratorio de ideas de las fuerzas armadas norteamericanas.
El segundo objetivo que concentró una gran cantidad de esfuerzos de los investigadores fue cambiar el modo en el que podrían dialogar los ordenadores entre sí (una vez conectados), abandonando la tradicional conmutación de circuitos (que precisaba del establecimiento de la llamada y de la ocupación de todo un circuito de datos para la transmisión) e implementando la conmutación de paquetes de datos (donde no se tiene que esperar al establecimiento de la llamada y cada paquete transmitido procura aprovechar al máximo la capacidad del enlace). Esto permitió a los equipos informáticos compartir datos y aplicaciones en tiempo real. Ambas ideas estaban predestinadas a confluir en la creación de algo importante, como así fue.
Son dos también las fases en las que se podría dividir esta época. De 1961 a 1965 podemos hablar de planteamientos teóricos, siendo el más destacado el de la “Red Galáctica” de Licklider quien presentó su idea de red interconectada globalmente por medio de la cual cada uno pudiera acceder desde cualquier lugar a datos y programas (el concepto era muy parecido a la internet actual, aunque entonces era un sueño). Desde 1965 entramos en la primigenia conexión de dos equipos informáticos que llevó a cabo Roberts para verificar que la conmutación de circuitos no servía para sus propósitos. La segunda etapa coincide con su incorporación a ARPA en 1966 para desarrollar el concepto de red de ordenadores, idea que plasma en un proyecto denominado Arpanet presentado en una conferencia científica donde se percatan de que otros grupos de trabajo habían conseguido avances importantes en este campo.
A partir de ahí se suceden los avances y en septiembre de 1969 se elige al ordenador del equipo de Kleinrock como el primer IMP (“procesador de mensajes de interfaz”) y desde ese equipo, un mes más tarde, se envía el primer mensaje a otro ordenador del SRI (algunos participantes en el proyecto han comentado recientemente que la segunda letra de la palabra “Hi” no llegó nunca a California). Después se añadieron dos nodos en la Universidad de California, Santa Bárbara, y en la Universidad de Utah. De esta manera, acabando 1969, cuatro ordenadores (“hosts” en la jerga de la red; estos ordenadores pueden ser al mismo tiempo clientes y servidores) estaban conectados a la Arpanet inicial.
Y así comenzó todo ...
"Internet está en plena pubertad. Es un adolescente loco, misterioso, rebelde, impredecible… La pregunta es: ¿se convertirá en un adulto responsable? Ojalá. Pero no todos los adolescentes lo hacen». Es interesante no perder esta perspectiva de la infancia de la tecnología que en los últimos 20 años se ha desarrollado a gran velocidad. Por eso es buen momento para acompañar su desarrollo de un modo más reflexivo y no sólo ingenuamente entusiasta. Si no, a lo peor, llega un momento en que ya las cosas no se puedan cambiar".
"Una breve historia de internet" escrita por quienes allí estuvieron: Barry M. Leiner, Vinton G. Cerf, David D. Clark, Robert E. Kahn, Leonard Kleinrock, Daniel C. Lynch, Jon Postel, Larry G. Roberts, Stephen Wolff