Desde casi siempre comento a mis estudiantes del Grado en Información y Documentación que si de verdad queremos que nuestra web destaque sobre las demás hay que prestar especial atención a la calidad de los contenidos de la misma. Ese convencimiento también lo recogí en los tiempos históricos de este blog cuando en 2005 publiqué el post «El contenido es el Rey», lema que curiosamente, y contra lo que debía haber sido lo normal, no sabía que había sido acuñado nada más y nada menos que por Bill Gates en el muy lejano 1996 (era otro siglo y todo). Por eso me gustan post como el que leo de Gerry McGovern titulado ‘Content is critical for web success’ reincidiendo en esa idea y recordando que sin contenido no hay web.
Desde casi siempre comento a mis estudiantes del Grado en Información y Documentación que si de verdad queremos que nuestra web destaque sobre las demás hay que prestar especial atención a la calidad de los contenidos de la misma. Ese convencimiento también lo recogí en los tiempos históricos de este blog cuando en 2005 publiqué el post «El contenido es el Rey«, lema que curiosamente, y contra lo que debía haber sido lo normal, no sabía que había sido acuñado nada más y nada menos que por Bill Gates en el muy lejano 1996 (era otro siglo y todo).
Por eso me gustan posts como el que leo de Gerry McGovern titulado ‘Content is critical for web success‘ reincidiendo en esa idea y recordando que sin contenido no hay web. Lo cierto es que la sobreabundancia de blogs, foros, publicaciones, etc, que existe alrededor de la web ha venido prestando una importancia, quizá algo desmesurada, al diseño sobre el contenido. Desde los primeros trabajos de Arquitectura de la Información y de Usablidad pareció que el éxito de un sitio web dependía más de cómo se organizaban esos contenidos y de cómo se facilitaba su navegabilidad que de lo más importante: el valor de esa información. Alguna vez hemos recordado que Berners-Lee no diseñó la web como un sistema de recuperación de información sino como un sistema para la gestión de esa información en una organización que además estaba interesada en hacerla accesible vía Internet. Así que el contenido no sólo es «el rey», es el motivo por el que se creó la web.
Dentro de ese contenido, McGovern señala que el contenido más importante – esencial – de la web es el enlace de hipervínculo (‘link’). Algunos podrían decir que los enlaces que ponen en contacto dos piezas de información no son propiamente datos o informaciones, pero estarían obviando el tremendo valor que tiene la información de esos enlaces para los motores de búsqueda desde que Google introdujo PageRank, por tanto, los enlaces sí poseen valor informativo (y bastante), por tanto son contenidos y, sin necesidad de ir tan lejos, una página web sin enlaces no es una verdadera página web, y esos enlaces serán más útiles (y harán más útiles a la página web por tanto) si las palabras que se eligen como origen de los mismos (que son las que leen los usuarios) expresan claramente el motivo de la inclusión del mismo.
En definitiva, el enlace es información por todos los poros de su piel … (si la tuviera).