Cuenta Donna K. Harman en el capítulo séptimo de ‘TREC: Experiment and Evaluation in Information Retrieval‘ que a partir de la conferencia TREC-3 comenzaron a probarse distintos sistemas de recuperación de información implementados en colecciones de documentos multilingües. Hasta ese momento, como es fácil suponer solo se había empleado el Inglés.
En esa conferencia, cuatro grupos trabajaron con una colección de 58.000 documentos procedentes de un periódico de Monterrey llamado El Norte (aproximadamente 200 megabtytes de tamaño). Los grupos usaron búsquedas simples y analizaron el comportamiento del sistema con un total de 25 preguntas. Algunos de estos grupos (de las universidades de Cornell y Amherst -Massachusetts), trasladaron sus sistemas directamente, con la única salvedad de los ficheros de palabras vacías que ahora iban a ser términos en español. Los otros dos grupos (Dublin -«la del Core»- y Michigan) usaron desarrollos adaptados al nuevo idioma, modificando la primera de ellas el original algoritmo de lematización (‘stemming‘) propuesto por Porter.
El principal resultado de este experimento fue la facilidad de portabilidad de las aplicaciones y técnicas de recuperación de información a textos escritos en otro idioma, el nuestro en este caso. En el informe de la Universidad de Cornell se decía que bastaban unas pocas horas de trabajo para garantizar la misma efectividad de los sistemas. Estas conclusiones iniciales fueron refrendadas posteriormente en las conferencias TREC-4 y TREC-5. La inmortal lengua de Miguel de Cervantes está al mismo nivel que la de Shakespeare, por tanto.